Y entonces al mirar por la ventana,
es ese mutismo pacifico habitual, añorando una nueva vista estando en otro
lugar y en otro momento, veo el mismo panorama habitual, el cual consiste en
más filas de edificios, desgastados, viejos e inertes y sin algún adjetivo de
admiración, es cuando me doy cuenta al ver ese juego de luces encendidas y
apagadas de cada pequeña y sofocante vivienda, en el engaño del estereotipo de
vida normal y tranquila.En donde cada individuo residente
de su pequeña vivienda, si por así se les puede llamar, hace de sus cuatro
paredes su realidad, su Individualidad, admito que no estoy exento de ello, de
hecho me incluyo. Es admirable ver el reflejo del televisor en la mayoría de aquellas
viviendas, que uno se pregunta ¿Cuándo fue que el hombre necesito de una
realidad ajena a la suya, para tomarla como propia y enajenarse a lo tangible?
En realidad es admirable como el
ser humano preserva un grado de parecido a nuestros bienaventurados animales,
debido que al cubrir sus necesidades básicas
se entra en un estado de confort, acompañado de otros factores tales como la
pereza, el conformismo y la hipocresía por hacer referencia a algunos de los
cuáles su servidor es desgraciadamente protagonista; Para sustituir o hacer
parte de su realidad una serie de realidades inexistentes tangiblemente y creados
por personajes cuya finalidades pueden variar entre económicas, lúdicas y
personales con el beneplácito de las altas esferas y el de nosotros mismos.
Y es entonces cuando me pregunto, ¿nuestras
vidas son tan pesimistas que no valen la vida ser vividas?, ¿nuestros sueños
tan inalcanzables que preferimos adentrarnos en historias fantásticas e
irreales donde todo puede ser posible?
Tal vez sí, es una característica
del humano, el buscar la felicidad y el bienestar aunque sea basado en una
falacia. Anteponer este objetivo tan marcado en la vida dictaminado por la
sociedad llamado felicidad, ante la superación de nosotros mismos. Tal vez sea
cuestión de supervivencia. Tal vez sea un tipo de sustancia adictiva, la cual
se adentra en nuestro ser y hasta en nuestra propia alma ( si es que la
tenemos) y necesita de ello para mantenernos en un estado de obnubilación, en
donde la realidad de ahí, de esa pantalla cuadrangular sea más digerible y
embriagante, haciendo olvidar a la realidad tangible, nos consta a todos que puede
ser tan cruel y dura que muchos la abandonan o prefieren derrotarse ante la cronológica
serie de torrentes y tempestades inherentes a este camino llamado vida. Ahogarse
en cualquier recurso sea ilícito, legal, persona, animal, cosa o sustancia para
hacer de ello su realidad más asequible.
Hay por otra parte y aunque en una
proporción mucho menor, situaciones o momentos que como muchos dicen “te roban
el aliento”, que a mi parecer son el alimento de nuestro espíritu, para seguir
en esta loca, rara, cruel y bondadosa canción llamada vida. En esta canción
puede haber notas , agudas, graves, cambios de ritmo en donde a veces iremos
rápido y en otras no tanto, en alguna parte interpretaremos un solo, en otras
un dueto, pero como todo, siempre habrá un momento final, en el que solo
importa el momento y el como como viviste esa canción.
Y después de tomar este burdo
ejemplo sacado de la manga de su apreciable narrador, surge otra pregunta. Es
posible que al final de todo, cuando veas hacia atrás y veas los miles de horas
que viviste sin vivir, como cuando se va a escuchar el sermón religioso y no
estamos ahí, estamos en otro lugar o estado de conciencia en el cual no hacemos
caso, ¿Nos sentiremos satisfechos al ver que desperdiciamos nuestra vida viviendo una vida falsa y
carente de realidad tangible? Me imagino que el arrepentimiento y la pena deben
ser des mesurables, incapaces de entender a primera impresión, tal vez por eso
inventamos o creemos en la rencarnación a manera de segunda oportunidad, a
manera de redención, para creer que podemos seguir interpretando diferentes
canciones en diferentes tiempos y en diferentes
oportunidades.
¿Y si no es así? y ¿si esta es la única oportunidad para interpretar esta canción en este recital?
Entonces me inquieto, me frustro, me llega un sentimiento de acongojonamiento y
culpa pena por mí y los demás, ¿acaso no sabemos vivir?, ¿se necesita hacer
otro medio de conciencia para lograrlo?
Se debería hacer un espacio durante esa realidad con lucro al que
se le llama televisión para concientizar, para hacer ver que hay más en el
mundo, más de lo que se muestra en nuestro aparato rectangular, que hay un millón
de cosas y más por ver, disfrutar, compartir, etc.
Tal vez se logre en algún momento,
tal vez habrá generaciones venideras pensantes lejos de este opio, ese que nos esclaviza
a estar a expensas de un horario, aquel que nos vende realidades fantásticas, increíbles
y excitantes. O tal vez sea un mal
necesario, para estabilidad y equilibrio social, psicológico y emocional de la
Sociedad actual, tal vez en tiempos venideros se consuma una mayor realidad
intangible, el cuál será sustituto de tiempo completo a nuestra realidad
verdadera.
Todas estas afirmaciones quedarán en posibles teorías de un nostálgico
y loco soñador con aires de filósofo, pero si bien, pensando en lo antes
expuesto y al ver nuevamente ese deprimente paisaje, desde la ventana de mi
hogar, pienso en el estado tan desgastado de como este mi paisaje habitual,
aquellos edificios. Y me pregunto ¿y si se invirtiera un poco de nuestro tiempo
en el que estamos en realidades inexistentes en cambiar nuestra realidad
tangible, nuestro modo de vivir? Seguramente la percepción de esta sería mejor
que la actual, tal vez esa vista sombría, deprimente y en cierto grado
repulsiva vista seria diferente, llena de color y de luz, hasta de armonía y
cooperación entre sus habitantes, o tal vez ni existiera el tipo de paisaje, en
lugar de edificios se vería a lo lejos el horizonte, pudiendo disfrutar las
idas y vueltas de nuestros astros, o tal vez me atrevo a decir que no estuviera
en este lugar sino en uno que realmente fuera de mi más sincero agrado.
Pero todo esto y lo demás, como es
la naturaleza humana se queda en “tal
vez”. Para des fortunio del lector todo queda en suposiciones e interrogantes
de un servidor por su realidad. Así que concluyo esto antes de seguir dando pensamientos sin fundamentos
debido al inicio de una nueva serie de ese aparato rectangular, la cual he de
confesar me han recomendado.